Tortilla de patatas

   Hoy toca una receta fácil y habitual, pero como cada uno la hace a su manera, os cuento la mía.

   Ingredientes

   - Huevos

   - Patatas

   - Sal

   - Aceite

   Elaboración

   Pelar las patatas y cortarlas en lascas finas, yo suelo utilizar el robot para hacerlo más homogéneo y sobre todo, mucho más rápido. Freírlas en aceite bien caliente, salarlas y removerlas con frecuencia para que no se peguen ni se quemen. Al tiempo de removerlas, suelo intentar romperlas para deshacerlas, porque personalmente, me gustan más así que en lascas enteras. Si os gusta con cebolla, es el momento de hacerla, en trozos finos, friéndola con las patatas, aunque esperando a que estas estén casi hechas para que no se queme la cebolla. Cuando las patatas estén fritas, pero sin llegar al punto de estar crujientes, se retiran del fuego y se dejan escurrir bien sobre papel de cocina. Hay quien las hecha directamente en el huevo batido, pero yo prefiero escurrirlas bien y dejar que enfríen un poco para evitar que las patatas queden como rebozadas.

   Cascar los huevos, mejor de uno en uno y en un cuenco separado del bol en el que los vais a batir, por si alguno estuviera malo. Batirlos hasta que hagan espuma, añadir las patatas y mezclarlas bien con el huevo. 

   Calentar aceite en la sartén, que tiene que ser antiadherente, por supuesto, y vaciarla. Verter las patatas con el huevo, procurando distribuirlas bien por toda la superficie de la sartén, dejando que el huevo se cuaje a fuego suave. Repasar los bordes para que no se peguen. Cuando al mover un poco la sartén, toda la tortilla se mueva sin deshacerse, es el momento de darle la vuelta. Para ello, colocar un plato o una fuente lo suficientemente grande como para cubrir toda la sartén, presionar bien y girarla con cuidado de que no se separe. Volver a echarla en la sartén para hacerla por el otro lado y cuando se cuaje, está lista.

   Hoy la acompaño de una ensalada de lechuga, tomate cherry, aguacate y nueces. 

Y vosotros, ¿de qué la acompañáis?